martes, 23 de mayo de 2017

Proselitismo y otras mierdas

Bueno, parece que esto de escribir lo que te ronda por la cabeza es de alguna manera, terapéutico, así que vamos a meternos hoy con el proselitismo en relación con la crianza. Y aviso de que voy calentito y suele empeorar cuando empiezo a vomitar palabras ...

¿Detonante del post? Página de Facebook de una editorial preguntando a sus “fans” si sería mejor que McDonalds regalase libros EN LUGAR DE juguetes … y , ¿sabéis?, sorprendentemente, la peña aplaudía con las orejas la ocurrencia … Pero ¿nos hemos vuelto todos locos con la mierda de lo políticamente correcto?. ¿Lo peor? Que YA LO ESTAN HACIENDO en algunos países. Y si hacéis una búsqueda en Google veréis que, en general, la iniciativa se aplaude. Vamos hacia el futuro pintado en “Demolition Man” como balas … Yo debo ser el raro ...

Vamos a ver, yo leo cuentos a mis hijos e intentaré fomentar en ellos el hábito y el amor por la lectura que yo mismo tengo. Leo más de 40 libros al año de media. Cuando no tenía hijos leía al menos uno a la semana, y no pocas veces acababa libros que me enganchaban del tirón; uno de los últimos, “La Sombra del Viento”, que me duró una larga tarde de gripe. Mis hijos, en casa, tienen a su disposición todos los libros y cuentos que quieran; es el regalo más habitual que llevo a casa.

Pero, ¡ah, amigos! ¡Parece que no es suficiente! Noooo, les tienen que ofrecer libros en todas partes, incluido en un plan de ocio puro y duro como es pasar una tarde guarreando con la “comida basura”. En lugar de estar poniéndose perdidos de ketchup y jugando con el clásico muñequito a inventarse sus aventuras, deberían estar sentaditos educadamente leyendo las que se han inventado otros … ¿les regalamos el puñetero Quijote con el happy meal, para que se culturicen? … Que parece que lo malo es el muñequito … pero no os confundáis: lo malo del plan es LA COMIDA, y como todo, es malo si es habitual o en exceso. En nuestro caso, hemos comprado TRES happy meals en año y medio, más o menos ... bruff, ¡pobre chiquitín!.

Pero como son niños, todo Dios tiene que opinar y decir que es malísimo y que los juguetes son un reclamo y que no deberían darse en relación con la comida. Ojito, que, siguiendo en la línea de Demolition Man que he mencionado, a algunos os van a prohibir las pizzas, los refrescos, las cervezas y, en definitiva, todo lo que no haga de vosotros los ciudadanos productivos y saludables que deberíais ser, que la Sanidad cuesta un ojo de la cara. Propongo análisis anuales y, como tengas colesterol, triglicéridos o ácido úrico, que te pongan una estrella amarilla en la solapa y no te dejen entrar en Telepizza, ni en los kebabs, ni comprar snacks, refrescos, marisco ni mantequilla  en el supermercado.

Voy más allá: ¿Prohibimos los huevos Kinder? ¿O metemos un micro-cuento dentro? . ¿Y los Phoskitos? Mejor con una mini-poesía, para promocionar otros géneros. ¿Muñecos articulados como dinosaurios por ejemplo? Menuda mierda, deberían prohibirse y  venderse solo libros de paleontología y hacer excursiones a yacimientos, que los niños ante todo tienen que aprender.

¡Desterremos los juguetes inútiles! Podemos hacer una gran pira con los perritos de La Patrulla “Cansina”, Peppa Pig y los malditos dinosaurios -que no sé qué tienen, pero abducen a los niños-; No dejemos a nuestros cachorros que inventen, que es muy malo, ¡mejor que lean y lean y lean! ¿La Play Station? ¡A la hoguera también! Alguno dirá: “Oye, que hay estudios que demuestran que un uso moderado de videojuegos mejora la coordinación” … vale, de acuerdo, pero … ¿para qué quiere coordinación un niño que solo se va a dedicar a hacer cosas útiles al resto de la sociedad? (el fútbol , tenis y demás, no cuentan) ¡Solo necesita un despacho! O una silla como las de Wall-E.

¡Venga ya!, dejad a los niños ser niños cuando corresponde, y meteos vuestros complejos por donde amargan los pepinos. No estamos hablando de ir todas las semanas a comer una hamburguesa, hablamos de una actividad ESPECIAL, como puede serlo también organizar una barbacoa en el monte, que tampoco es saludable; aunque, bueno, si llevamos libros en vez de los balones, los Zomlings y los malditosdinosauriosdelasnarices, quizás ya no sea tan malo.

De hecho, hay una lectura perversa en todo esto, y es que puede parecer que la cadena a quien quiere convencer de que ir a comer un Happy Meal no es tan malo, es a LOS PADRES. Es mucho más difícil decir que no a un libro que a un muñeco de los Minions, ¿a que sí?.

PD Por si quedaba alguna duda, seguiré jugando con mis hijos a lo que nos salga de los cojones, caiga quien caiga, y seguiré regalándoles libros de todo tipo a discreción.

2 comentarios:

  1. Vaya... No sabía que escribieses así de bien.

    Tienes razón, nos metemos ya no sólo en el cuidado de los niños ajenos, sino que a veces nos "preocupamos" más de la vida ajena que de nuestra propia vida.

    Con lo fácil y bonito y corto que es vivir cada uno la suya, que la vida son tres días...

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    1. Vaya, muchas gracias. Soy consciente de que me pierde un poco la boca, debería ser más "elegante", pero es que me caliento y no puedo, je, je. Por la calle gente que no conozco de nada me ha llegado a decir que qué hago con el niño en brazos, que ya es mayor. Es alucinante

      Y tienes toda la razón, ¡cuánto mejor sería no meterse tanto donde no nos llaman! Además, de forma hipócrita muchas veces. En fin, al menos siempre nos quedará la pataleta, je, je.

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